Paso 2: Calidad del agua
La calidad del té depende de la calidad del agua. Si escoges preparar un té que tiene sabores sutiles como el té blanco o verde, la calidad del agua es crucial. Los estándares clave utilizados para juzgar el agua son la dureza, el total de sólidos disueltos (TDS) y el cloro. Para mejorar la calidad del agua, puedes invertir en sistemas de purificación de agua, como los filtros de carbón activo, que reducen las sustancias que afectan en el sabor, el olor o el aspecto del agua; el aroma individual del té será mejor y el color será más claro. Una opción alternativa al agua filtrada puede ser el agua embotellada.